7.7.12

Gracia Cutuli

              Artista, investigadora y docente, Gracia Cutuli es una de las principales precursoras de la "nueva tapicería" y del arte textil contemporáneo en Argentina y en Latinoamérica. Además de haber fundado y dirigido la galería El Sol (primera galería en Latinoamérica dedicada al art textil), tiene una larga carrera de formación y de trabajo en diferentes áreas dedicadas a la disciplina. Ha sido graduada de las Escuelas Nacionales de Artes Plásticas de Buenos Aires y entre sus formadores se encuentran Juan Batlle Planas y el ceramista Leo Tavella. En 1960 fue becada por el gobierno francés y realizó estudios en la Universidad de la Sorbona con Pierre Francastel, en las Manufacturas Nacionales de Gobelinos y en el taller de grabado de Jhonny Friedlaender en Paris. Se especializó en diseño textil en 1958 y desde entonces ha publicado libros, artículos y dictado conferencias en Argentina y en el exterior. Fue profesora titular de Diseño Textil e Investigadora de la UBA desde 1991 hasta 2002, y posteriormente, profesora de Posgrado en la misma universidad y en la UNLP. Desde 1998 hasta 2000 fue Directora del Proyecto de UBACyT, “El Textil como transmisor de cultura”, de la Programación Científica de la UBA, que llevó a cabo como materialización de varios años de investigación y difusión sobre la trascendencia del textil. También formó parte desde el año 2000 de investigaciones con el Grupo Argentino del Color en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo.
                Ha realizado un gran número de exposiciones individuales y grupales, de arte textil, pintura y técnica mixta en Museos y Galerías en el país y en el exterior. Ha recibido premios y distinciones y sus obras se encuentran en museos e instituciones nacionales y extranjeras. También ha sido convocada como jurado en numerosas ocasiones.En la actualidad escribe artículos para revistas como Tramemos, editada por el CAAT (Centro Argentino de Arte Textil), Tapestry Journal, editada en la Universidad de Canberra,  y Textile Forum, de Hannover, y continúa exponiendo su obra.

“Catania”, 1964, tejido a mano en alto lizo, 170 x 107 cm.
"Glaciar Antártico",1978, tejido a mano en alto lizo,
200 x 200 cm.
"Helsingöer", 1964, tejido a mano en alto lizo, 150 x 97 cm.
"Misiones", 1994, tejido a mano en alto lizo, 135 x 107 x 7 cm.
“Trama de la identidad”, 1998, 
fajas termo-impresas sobre tela de algodón 
entrelazadas con fajas de tela pintadas en acrílico, 100 x 100 cm
“Amk’o Aonek’enksk’eja: Nk’o - Un tehuelche del sur”, 2002,
fajas pintadas en acrílico sobre tela, entrelazadas, 88 x 88 cm.

6.7.12

Mito de Aracne

Por Graciela Repún (recopiladora)

              En las manos de Aracne, los mechones de lana parecían neblina. Ella era una simple mortal, hija de un teñidor de lanas, pero había tal arte en su trabajo, que para contemplarla girando el huso torneado o dibujando con la aguja, las ninfas abandonaban los viñedos y las aguas.
             Enredada en su soberbia, Aracne comenzó a proclamarse tan buena tejedora como la misma Atenea. Y ésta se presentó ante ella, tomando la figura de una vieja con bastón, para aconsejarle que desistiera de medirse con una diosa. La respuesta de Aracne fue retar a Atenea a probarse en una competición.
                Abandonando su disfraz, la diosa se presentó con todo su esplendor. Enfrentadas en distintos telares, fueron tensándose las finas urdimbres y se entre-tejieron la púrpura, los oros y los delicados matices de la transición de los colores. Atenea creó un tejido en que los dioses aparecerían soberbios y centrales en su augusta majestad. Luego pintó con la aguja un verdadero toro y un mar verdadero y bordeó la tela con ramas de olivo de la paz. Pero Aracne  dibujó a las deidades con sus debilidades más carnales, en un trabajo tan brillante y delicado, que la diosa, fuera de sí, rompió su obra y golpeó a su rival.
             Viendo la furia divina que había provocado su insana soberbia, la joven mortal intentó terminar con su vida pasándose un lazo por la garganta. Atenea no lo permitió. “Vive, sí, pero cuelga, malvada”, le dijo. Y rociando a Aracne con los jugos de una hierba, maldijo su destino y el de su descendencia. La convirtió en una araña tejedora cuya misión es pender y tejer eterna-mente.